viernes, 10 de junio de 2011

Hay un hombre en el Perro, borracho, esta muy borracho. Y no parece una borrachera de anoche, esta es mas bien reciente, de empezar a primera hora. Pasa por delante de mi mesa hacia el baño y anda con los brazos muy estirados para mantener la recta que para perder el equilibrio parece que aun le queda. Como hay mas personas en la barra, junto a el, se limita a mirar muy fijamente cualquier cosa-persona que se mueva dentro de su perimetro. Cuando por fin se queda vacio, solo, yo estoy al fondo y soy de confianza, su estado amplía su sensibilidad y parece percibirlo, empieza la conversacion: ¿es que acaso no se puede hablar de musica aqui? Ha tenido suerte, Mar y Carlos estan por la labor. De fondo suenan versiones chill-out de canciones de rock y el empieza a cantar encima de la cancion (asi lo hacemos bien muy pocos en el mundo).

Esas borracheras son una bendicion. Porque hace un hermoso dia y la cerveza es un caldo delicioso si esta bien servida y a la temperatura ideal. Si te pasas un poco te metes un par de tapitas al cuerpo y reinicias. Andar y ver que andas girado es asequible, te das cuenta pero no haces caso, sabes que incluso va a acabar peor pero para eso se invento la memoria muscular, para devolverte a casa en dias como estos. Si has empezado el bebercio con un estado de animo saludable beber es un placer, solo aporta y ademas da calorcito al cuerpo.